
En esta oportunidad voy a relacionar el espíritu emprendedor con la caña de bambú.
Ustedes se preguntarán cuál es la relación entre los emprendedores y la caña de bambú. Ok, aunque parezca mentira con solo una frase ustedes interpretaran mi idea.
La caña de bambú tiene la característica de doblarse sin romperse.
Es muy flexible, extremadamente resistente y se adapta a distintas formas. Cuanto más antigua mayor es la rigidez pero no implica que se quiebre, para dividirla es necesario cortarla entre la intersección de dos tramos. En los países del sudeste asiático, la caña de bambú tiene múltiples fines, como: embarcaciones, muebles, casas, pisos, alimentación, etc
Nosotros los emprendedores muchas veces padecemos de distintas situaciones que nos tiran abajo.
- Cuando los tiempos no van de la mano según nuestras expectativas,
- Fracasamos en la elección de un socio,
- Falta de capital para el desarrollo de un proyecto que ya comenzó,
- Cuando vemos que un proyecto se desvanece y no podemos resucitar,
- La situación económica coyuntural no está en sintonía con nuestro proyecto,
- Cuando las ideas se agotan,
- etc.
La situación del emprendedor es similar a cuando doblamos una caña de bambú, la punta de la misma va doblándose hasta tocar el piso pero su arco no se quiebra y si la soltamos vuelve a tener la misma forma que antes. A nosotros nos pasa lo mismo, cuando estamos en una situación de baja nos vamos achicando pero ante el primer impulso positivo volvemos a carga con todas las energías intactas.
Emprendedores ante situaciones adversas no bajen los brazos, todo lo contrario utilicen ese tiempo para reflexionar y entender que esta ocurriendo y de esa manera busquen las oportunidades que el resto de las personas no ven.
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