Fábula de la Rana y el Agua Tibia

Si arrojamos una rana viva a una olla con agua hirviendo, la rana con toda seguridad se salvará, pues ante la sensación abrasadora del agua en ebullición, el animal se impulsará sobre el agua en centésimas de segundo y saltará fuera de la misma.

Pero existe una pequeña variante del experimento. Si metemos rana en la misma ollac, sólo que esta vez llena de agua fría. La rana se sentirá cómoda en su elemento, y no saltará. Luego caliente paulatinamente el agua, y verá como la rana termina su vida cociéndose sin que apenas se entere.

¿Qué ha pasado?

Simplemente que en el segundo experimento la rana no detecta los pequeños cambios paulatinos, sino que percibe una agradable tibieza que termina llevándole a la muerte, pues cuando quiere reaccionar ya es tarde, bien porque carece de fuerzas, bien porque no encuentra la base necesaria para apoyar un enérgico salto o simplemente porque carece ya de la voluntad de salvarse.

¿Cuál es la relación entre la fábula con la vida del emprendedor?

Los emprendedores estamos constantemente en alerta ante situaciones que pueden ocurrir en el entorno de trabajo y vamos tomando acciones para poder hacer frente a las mismas. Esta es una característica propia de nosotros.

Existen otras situaciones que no son del contexto sino de la empresa propiamente dicha donde no actuamos de la misma manera. Sino que nos dejamos estar y preferimos solucionarlo en otro momento. Como consecuencia de este proceder el perfomace de la empresa disminuye y lo que siempre criticamos de las empresas convencionales es lo que terminamos haciendo.



En resumen debemos afrontar los estímulos tanto sean internos o externos ya que muchas veces los estímulos internos de la empresa nos están mostrando una luz en el semáforo y si no valoramos las consecuencias pueden ser graves.